Si juegas golf cuida tu espalda
En numerosas ocasiones, el golf se asume como un deporte libre de lesiones. Pero el golf es un deporte asimétrico y no exento de daño ósteomuscular, que trabaja la musculatura de un hemicuerpo de forma antagónica al otro.
El swing del golf posee un alto potencial lesivo que hay que aceptar, lo cual implica un componente de rotación importante con cizallamiento del segmento intervertebral, alcanzando durante el swing los 160 km/h, con una media de entre 50 y 70 golpes en una partida de 18 hoyos teniendo una cadencia de impacto de ± 5´, siempre y cuando haya un ritmo normal de juego. Si a lo anterior se suma el hecho de que en un swing se necesitan 7000 N (Newton) para poder realizarlo, y que el “límite” máximo teórico no lesivo está en torno a los 5000 N, las posibilidades de provocar un prolapso discal aumentan considerablemente.
Un jugador habitualmente experimenta lesiones provocadas por la forma repetitiva en la que se acontecen las secuencias del swing. Por ello, las lesiones en la zona lumbar son comunes tanto entre los golfistas profesionales como entre los golfistas amateurs. La columna lumbar experimenta fuerzas significativas durante el swing que pueden contribuir a la lesión. En el caso de los golfistas profesionales, que realizan hasta 2000 swings por semana se puede apreciar el potencial para la lesión a partir del sobreuso repetitivo.
En conclusión, el golf es un deporte vertebralmente nocivo debido al componente de flexo-extensión con inclinación y rotación de forma asociada que tan repetida y periódicamente se ejecuta, produciendo ello afecciones de vital importancia vertebral en la espalda del golfista.
Los golfistas profesionales y amateurs pueden reducir el riesgo de lesión de la espalda lumbar mejorando la mecánica del swing y participando en un programa de entrenamiento de la fuerza. A pesar de la importancia que tiene el entrenamiento muscular en la práctica del golf, la mayoría de jugadores lo ignoran totalmente. Una musculatura entrenada evita molestias, aumenta la resistencia en posturas forzadas como la del putt, desarrolla mayor fuerza en el swing y, por consiguiente, una mayor velocidad de la cabeza del palo.
Un estudio con jugadores de Golf realizado por el Dr. Wayne Westcott y el Dr. Med. John Parziale demuestra una relación muy estrecha entre la práctica de ejercicios específicos de potenciación muscular y de movilidad y la mejoría del jugador. Por lo tanto, todo jugador de Golf, ya sea profesional o amateur, debería realizar ejercicios específicos orientados a la potenciación de la musculatura de la espalda. Incluso jugadores con lesiones en la espalda (hernia discal, protrusión, etc.) pueden retomar la práctica del golf si realizan ejercicios de potenciación muscular que protejan la espalda.
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